Existen muchos métodos de cultivo, cada uno con sus ventajas, en concreto, las mesas de cultivo son un sistema que se adapta especialmente bien a los huertos urbanos pequeños.

Los tiempos cambian y con ellos llegan nuevas innovaciones, algunas son avances realmente punteros y otras pasan al olvido, ya sea por no ser tan eficaces como se pretendía o porque su coste no suponía una mejora. Las mesas elevadas están todavía en un punto en el que se está estudiando si sus beneficios compensan sus costes o limitaciones.

Hoy hablaremos de estas mesas, aparte de ser una mesa que se utiliza para cultivar, tiene muchas ventajas que igual son menos conocidas y pueden suponer una diferencia en cuanto a huertos urbanos se refiere, ya que, una gran explotación tal vez no sea el mejor uso para estos elementos. Visualmente, las mesas de cultivo son lo más parecido a disponer de un huerto en una terraza o balcón, además, existe una gran variedad de alternativas en el mercado.

Los beneficios de estas mesas no solo se asocian al espacio y a la posibilidad de disponer de un terruño a nuestra disposición, también son, desde un aspecto físico, mucho más cómodas de manipular. Con los años, las espaldas se resienten, y tener que laborar la tierra es un ejercicio que desgasta mucho, disponer de esa elevación que supone trabajar erguido es una ventaja que con el tiempo se agradece. A diferencia de las camas de cultivo, las mesas están a una altura aproximada de medio metro, variando dependiendo del modelo que adquiramos, pero si tiene las ventajas de estas, como por ejemplo, una mejor regulación térmica gracias a disponer de un gran volumen de sustrato, lo que supone un mejor desarrollo para nuestras plantas.

Una de las ventajas más importantes de utilizar una mesa elevada sobre plantar directamente sobre el terreno, es la gran cantidad de plagas que quedarán descartadas en nuestro cultivo. Al no estar en contacto directo con la tierra, la aparición de malezas se verá muy reducida, ya que estas no proliferarán. Las plagas subterráneas no tendrán acceso, por lo que nos libraremos de cualquier plaga que deteriore el sistema radicular, esto afecta tanto a insectos como a mamíferos. La afección por enfermedades fúngicas también se verá reducida, además de no estar en contacto con su origen, el sistema de drenado siempre será tan efectivo como nosotros lo queramos, gracias a que podemos alterar el tipo de sustrato sin tanto problema, reduciendo así un exceso de humedad. Al utilizar este sistema, no será necesario instalar riegos por goteo o aspersión y al estar en altura, el uso de la regadera será más liviano.

No todo son ventajas, ya que si quieres realizar una explotación relativamente grande, este sistema supondrá un coste elevado. Es un buen sistema para cultivar un pequeño huerto, pero en ese caso, la desventaja será la restricción de tamaño de las plantas que deberemos elegir. Se deben elegir plantas “compactas” con un sistema radicular no especialmente profundo, véanse las tomateras, las berenjenas, los pimientos o las hierbas aromáticas. También son muy utilices para el cultivo de flores y de plantas de bayas de baja estatura como las frambuesas, los arándanos y las fresas. Si estas especies se adaptan a tu búsqueda, las mesas de cultivo te librarán de muchos problemas a los que te enfrentarás con otros métodos.

Existen varios materiales que se utilizan comúnmente a la hora de elaborar las mesas. El más utilizado suele ser la madera, ¿la razón? El precio. Son las más baratas, pero resisten mal la intemperie. Los ladrillos son una buena alternativa, pero son una estructura fija y difícil de montar si no se tiene experiencia. Por otro lado, las mesas de aluminio son resistentes y pueden albergar una amplia superficie, por no mencionar que se pueden mover.

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